lunes, 29 de marzo de 2010

Hormiguita


Fue hace muchos años. En una gran casa, que ya se veía como abandonada, Bruno pintaba con carboncillo los caballos de doña Delia del Carril. El jardín era como un bosque, había al fondo un escenario desvencijado. Allí estuvimos alguna vez con Jonás, Jaime Gómez Rogers, poeta delirante. Recuerdo cuando apareció Gustavo Valdés Bunster y le propuso a la Hormiguita ciertos ejercicios orientales para aliviar sus articulaciones, con el resultado de dejarla aún más estropeada. Por aquel entonces, Bruno boceteaba grandes cúpulas, carpas enormes alojando aéreas trapecistas en circos donde hubieron personajes en monociclos, la modelo que posaba para él terminó con un esguince. ¿Porqué la Hormiguita no cruza la carretera en verano? Porque le tiene miedo al hormigón caliente...

1 comentario:

Unknown dijo...

El arte del Espíritu
después sube como un reflejo a tu mente
Para después tus manos danzar con los pinceles
Magia magia